lunes, 7 de octubre de 2013
un checklist para evitar un jet lag
A dos días vista y para evitar un jet lag prematuro voy a auxiliarme con un checklist a tiempo. Bien presente como he tenido esta cuestión en estos días, he decidido a última hora aliviar mi estado que rayaba ya lo patológico. Tomé entre mis manos un tochito de post-it, y de la primera hojita no, que ya estaba arrugada y un poco manchada, he cogido la segunda amarillo incólume para apuntar los objetivos del día. He salido con las primeras luces del día (eso queda bien y es muy literario, pero salí sobre las nueve menos cinco), y he ido cumpliendo objetivos a buen ritmo y sin que la duda o la indecisión me frenaran. Rápido y veloz, sacaba del bolsillo el check-list amarillo, y reconocía en un instante mi próxima etapa y mi camino. ¡Qué momento!... ¡Qué momentazo!, cuando marcaba con un trazo firme cada una de las obligaciones. ¡Objetivo cumplido!... He ido viendo como se reducían las urgencias y se apaciguaba mi estado. Un estado de alivio creció sobre las dos de la tarde, cuando con las oficinas cerradas comprobé que se había rozado el pleno, y la jornada había resultado exitosa. No se si es eso lo que se llama eficacia o una persona eficiente. Porque lo mismo de hacerlo todos los días ya no se disfruta. Y el disfrutarlo es cosa de la novedad.
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