martes, 12 de agosto de 2014

en la frontera

Bueno, después de dos días con todas sus horas de periplo llegamos esta mañana a destino. O mejor dicho, inicio del viaje a pie. Dos trayectos nocturnos con sus doce horas ininterrumpidas han puesto a prueba la capacidad de estarse quietos en un sitio, y el resto de las horas, han estado repartidas entre la paciencia para la espera y algunos trayectos más cortos. Los momentos de mayor sopor y tensión los nudos gordianos de voceros, cargadores, mercaderes y busetas que son las terminales de autobuses. Ni una indicación de horarios, todo al buen designio de la amabilidad del cargador de turno y la pura intuición.  Recuerdo ahora el momento en que le preguntaba a un chico yekuana que estudiaba en el centro cuanto tardaba en llegar a su casa cuando se iba por vacaciones. Creo recordar que tardaba en torno a unos diez días, de los cuales, cuatro eran en canoa aguas arriba por alguno de los miles afluentes del Orinoco.

Estamos cerca de la triple frontera Guayana, Venezuela y Brasil, que seguro que estará marcado en un mapa en verde. En los próximos días estaremos en un recorrido por la Gran Sabana en busca de nuestro Tepuy de destino. Y en ese recorrido no habrá manera de reportar ningún comentario por corto que sea. Ya iremos contando a la vuelta todos los pormenores de la aventura.

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