viernes, 27 de diciembre de 2013

más subida

Ahora dirección Pueblos del Sur. Por lo pronto hasta aquí no llegan los mosquitos, y las sensaciones navideñas debidas al frío ya se comienzan a experimentar. Y esto no quiere decir que no se hayan experimentado en Los Llanos, todo lo contrario, ahí hemos disfrutado de un mes de Diciembre muy acogedor, gracias a muchos llaneros.

Ayer, nos dio tiempo a un paseo entre dos plazas emblemáticas de la ciudad, Plaza Bolivar y Plaza Millas. Muy  tranquila y de barrio, con identidad, la Plaza Millas, aunque no tenga monumentos, más allá de sus grandes árboles.

jueves, 26 de diciembre de 2013

hacia arriba

Desde el llano más llano hasta las alturas en un continuo subir en buseta, a ritmo de volante a derecha e izquierda hasta llegar a Mérida. En el camino las casas gochas, que parecen nidos de águila, construidas entre el borde de la carretera y el borde de la pendiente. Los bosques nublados alcanzan las cimas hasta hacerlas inaccesibles, y entre tanto, algún terreno ganado para la agricultura. Se alcanza el páramo al superar una curva, porque de pronto ya no crecen árboles. Poco después se vuelve a sentir una breve sensación de bajada para llegar a pueblos asentados sobre planicies que tocan los tres miles. Aquí se ve la teja y el tapial, también las lindes levantadas con piedras, las aguas frías albergan truchas; ya está cerca Mérida, se ve el Simón Bolívar cubierto por las nubes, y pronto una meseta elevada algunos cientos de metros entre los dos ríos que la rodean, Mérida. Han pasado nueve horas desde que saliéramos andando de la casa de Guanarito, aunque a medio camino para la terminal cazamos un mototaxi, desde allí agarramos una buseta que nos llevó a Guanares, desde donde tomamos otra que nos llevó hasta Barinas, donde finalmente, y tras interesadas intromisiones por comisiones (que retrasaron la salida una hora), tras cinco horas de viaje, una vez más en nueva buseta, por una estrecha y empinada carretera, llegamos a Mérida.


Entrada a los páramos tras una prolongada subida


miércoles, 18 de diciembre de 2013

dulce del llano

Esta mañana anda la brisa, aquella que aquí llaman decembrina, un tanto pesada. No se cuantas veces me he levantado de la mesa donde estamos trabajando, en la biblioteca, para atrancar las puertas con piedras; tanto abrirse y cerrarse, que no paran. En unos pocos minutos nos iremos a comer, y no haré sino agradecer, ya alejado de los sobresaltos de los portazos, por su refrescante acierto. Así son las cosas y tanto más cambian las impresiones y pareceres.

Pero hoy quería hablar de lo muy dulce de Los Llanos. Sobre todo ahora que voy a comer. Y es que la comida aquí se acompaña con generoso jugo, vamos, lo que al otro lado del charco llamamos zumos. Aquí es costumbre lo que allí es ocasional, y si lo fuera costumbre, se debiera a la naranja; que aunque repetida no deja de ser una delicia, es verdad. Pero aquí los jugos son multitud, tanto hay, que he hecho una especie de listado de preferencias. Para vuestro conocimiento y con cierta vergüenza, tengo que decir, que en un principio, mi "exquisito" gusto por lo dulce, se negaba a aceptar la mayoría de ellas, y apenas podía hablar de lista, más bien solo del jugo de melón, esperando algún día el de naranja. La otra multitud exótica y graciosa de la exuberante naturaleza llanera, de colorido trópico, quedaba fuera, ya fuera por un gusto de más a no se que cosa, ya por una textura un poco extraña, incluso quizás por un color ajeno a los tonos más medianos del Mediterráneo. Es más, ya raro me resultó beber el melón en vez de morderlo de un extremo al otro del arco.

Por ejemplo, escuchaba hablar de la lechosa, que veía pasar sin saber, mientras la pensaba blanca y me pasaba de un naranja enrojecido, y una textura, casi diría cremosa. Y era ver la jarra y optar por el agua. Lo mismo pasaba con el jugo de la guanábana, ésta si blanca, de un fruto parecido a la chirimoya, al cual también se parece su sabor, pero como salido del país de los gigantes. Y como no me imaginaba la chirimoya en zumo, pues tampoco me hacía al jugo de la guanábana, que ahora creo escribir correctamente, pero que me ha costado nombrar, cayendo siempre en el híbrido con la guayaba, inventando la guayábana. En fín, que tampoco pasaba por la parchita, que me recordaba en su sabor final algo al pacharán. Hasta el jugo de panela, y este no se ni porqué, siendo mezcla de limonada y azúcar de panela.

La guanábana "llanera"pesó 9 kg

Pero los tiempos cambian y las circunstancias mandan, y he aquí que una vez sobrado con el jugo de melón, fui ganándome el de panela (sobre todo cuando descubrí lo que era esa panela), luego se sumo un día un convencional nestea mezclado con limón muy fresco, que está muy rico y que me abrió la puerta del jugo de tamarindo, que si va ligero deja de ser ácido y queda bien bueno a eso del descanso de media mañana en el quiosco del centro. Más la sorpresa fue incluir otros tantos jugos, primero la guayaba y luego la guanábana (los dos muy recientes), finalmente "el monstruo", "el híbrido" jugo de melón y patilla, que para los que no lo sepan, como yo antes no lo sabía, es la sandía. Y dicho lo dicho, dejo mi lista tal cual está en estos momentos, según el orden de preferencia:

Javier
1. de melón
2. "El monstruo", jugo híbrido de melón y patilla
3. de guayaba
4. Limonada
5. de tamarindo
6. Nestea "llanero"
7. de panela
8. de guanábana

Amparo
1. de melón.
2. de panela.
3. limonada.
4. de tamarindo.
5. parchita.
6. guanábana.

Y queda fuera, porque todavía no ha colado, la parchita, a buen seguro por ese deje a pacharán.

Nota al pie: Aquí los jugos allí los zumos, se diferencian en que se aligeran con agua y se le añade azúcar. Pero olvídense, si alguien lo intenta hacer en su casa, receta tan sencilla no es menos difícil.

viernes, 13 de diciembre de 2013

los días pasan

Los días pasan y pareciera que la desgana nos hubiera hecho mella a la hora de escribir en el blog. Pero no, todo lo contrario, lo que ocurre es que las tareas del día se van sumando de forma casi imperceptible. Y si no fuera por señales como esta, es decir, la falta de actualización del blog, lo mismo ni nos daríamos cuenta.

El caso es que a las clases se suman otras ideas, algún taller que otro, y otros eventos varios. ¿Que si puedo ser más concreto? Bueno, no se, pero lo intentaré. Quizás pueda servir una enumeración:

Las clases de Edafología, Lenguaje y comunicación, Ecología e Impacto Ambiental, requieren no solo preparar las clases. Y eso lo entenderán todos aquellos que sigan esta página y sean profesores. Y aunque ya lo suponíamos, la definición de una sistemática para el lugar, una fórmula de evaluación, de seguimiento, encontrar la clave (si existe) para una metodología en clase motivadora (que hace mucha falta), en fin, preparar un programa propio y adecuado al lugar y la institución para el próximo semestre que ya se acerca, requiere un tiempo que parece escaparse. Debo añadir en cualquier caso, que a una gran motivación, y un bagaje personal si no sobrado más que suficiente, falta experiencia concreta a la que remitirse (y cuando digo concreta digo pedagógica).

El que escribe en una clase práctica de Edafología pasada por agua

El tiempo transcurre con lentitud, y eso es un hecho. Habrá quien piense que es una percepción subjetiva, y que si se comparan relojes no habrá diferencia alguna (dejando de lado el paralelo de cinco horas y media). Bueno, pues a esa persona le diría que venga y lo vea. No son solo las personas, son también las cosas, todos y cada uno de los seres vivos (el que escribe mismo va más lento). Si algo está previsto, no es mucho más probable que algo que no lo sea. Pueden suceder y suceden mil circunstancias que vuelven lo previsto, de no mucho más probable, a incierto, y de ahí, solo le separa el suspiro para que simplemente no sea posible.

Retablo bien cordobés y sevillano

Pero bueno, dejando la digresión sobre el tiempo en los trópicos, que no suma como tareas, pero que desde luego resta para las mismas, sigue en la enumeración los talleres que preparamos de informática para los créditos complementarios. Esto es, Ofimática básica que prepara Amparo, y Iniciación al Autocad que prepara el que escribe. Andamos estos últimos días enfrascados con este asunto. No porque sea muy complejo, sino porque nos parece muy interesante para los chamos, y queremos hacerlo lo más didáctico y aplicado posible. De modo que Amparo anda detrás de algunos profesores para poner ejercicios sobre ganadería y fincas, y yo ando por el campo para ver la manera de hacer un levantamiento topográfico, con los medios y el tiempo disponible.

Vuelo de garcillas bueyeras

Y escribo, y aunque lento, ya se me agota el tiempo... Seguiré con la enumeración en una segunda parte. El problema es que tenemos que irnos del IUJO porque vamos en bici a Río Chiquito a por la cena, y luego para casa. Y como vamos en bici, no nos gusta que se nos haga de noche.

Vuelvo sobre la enumeración después de una elipsis de un fin de semana. Veamos,... clases y talleres que ya se han mencionado; comentar por tanto también, el otro asunto, antes sobrevenido que previsto,... esto es, el laboratorio. El laboratorio es una sala muy bien provista (al menos a nuestros ojos profanos), más aún visto en su contexto. De modo que, como llevamos la asignatura de Edafología, y esta tiene muchas posibilidades para la práctica en laboratorio, y dado que al alumnado, le gusta más la praxis que la teoría (a la que son en realidad refractarios), nos decidimos a preparar procedimientos/protocolos de laboratorio. Para ello buscamos las prácticas que pudieran realizarse primero con los medios técnicos de precisión disponible, y luego aquellas otras que fueran posible por medio de alternativas. El objetivo no era la precisión o exactitud, sino la verosimilitud de los procedimientos; que el alumno se familiarice con el laboratorio, y conozca los procedimientos para obtener determinada información. Y bueno, en ello estamos. Amparo ya ha comenzado con algunas prácticas, y el que escribe, tiene el firme propósito (si queréis cabezonería) de intentar una, para la que son más los medios alternativos que los precisos... veremos.

 Edificio de laboratorios

Existen otros empeños en los que poder participar, pero que aún no se concretan en una rutina o, al menos, en un tiempo concreto para llevarlas hacia adelante. Se han planteado la valorización de un área del IUJO, "La Laguna", la mejora de la biblioteca y también están trabajando en la reorganización del vivero. Son cuestiones como digo, en la que todavía no hemos podido concretar nuestra participación de forma efectiva. Eso sí, pensamos en la manera de hacerlo, aunque todavía no hayamos encontrado la fórmula. En estos casos, es verdad, que también pensamos ya en el próximo semestre como horizonte. Podría pensarse en la típica fórmula de huida, el posponerlo, sin embargo, se trata de pura planificación, ¿no está justificado?...

Río Guanare a su paso por la finca del IUJO

Bueno, hemos alcanzado ya los dos meses de estancia. No se si es hora de hacer una primera evaluación, pero la verdad es que con independencia de que proceda, lo cierto es que la mente trabaja por evaluación continua. En lo que a la adaptación se refiere, siendo buena, todavía falta tiempo. Esto dicho, no la vuelve imperfecta, porque sencillamente, en lo adaptativo no funciona lo de la generación espontánea. ¿Nos gustaría poder decir que estamos adapatados a la perfección? Pues sí, por ejemplo, poder decir que bailamos el joropo como si lo hubiéramos mamao de chico o que hemos erradicado de nuestro vocabulario la palabra "coger", o incluso, que hacemos arepas con la soltura de un llanero. Pero no, no señor, nos remitimos para ello a otras experiencias y testimonios precedentes que ya tuvimos la suerte de conocer, el limes se encuentra en los seis meses, así que paciencia.